Marketing de ciudad. Hace años la imagen de las ciudades, más allá de su historia y los bienes asociados a está, quedaba vinculada al cumplimiento de lo que se dio en llamar las tres Bs: basura, baches, bombillas.

 

El auge del turismo y el proceso de crecimiento económico asociado, ha disparado los esfuerzos de los gobiernos locales con visión estratégica, por impulsar el llamado marketing de ciudad; esfuerzos de comunicación planificados que deben ser trasladados de forma eficiente para consolidar la imagen de una ciudad asociada una identidad propia, una imagen reconocible caracterizada por un conjunto de valores culturales, sociales, económicos, arquitectónicos o medioambientales.

 

La puesta en práctica del concepto marketing de ciudad, va estrechamente asociado a la organización de eventos como herramienta impulsora de este proceso, ejemplos tenemos muchos si bien, en demasiadas ocasiones, el modelo estratégico definido en su inicio, sufre importantes variaciones dependiendo del color político del gobierno en cuestión.

 

Si entendemos los eventos como parte de un plan estratégico, quitando atributos políticos o ideológicos, las acciones y los resultados tienen mucho terreno ganado y hoy, cuando las ciudades se han lanzado a una lucha feroz por despertar la atención y el deseo de visita de ciudadano, el marketing de ciudades juega un papel fundamental.

 

Acciones como la desarrollada durante la reciente celebración de las 36 edición de los premios Goya en Valencia, son una muestra de marketing de ciudad y de como puede ser aprovechado un evento con repercusión mediática para ofrecer una visión acorde con los atributos que siempre han formado parte del ADN de la ciudad (modernidad, arte, innovación…), algo que en demasiadas ocasiones ha quedado diluido por criterios políticos y que ahora, por fin parece ser asumido sin complejos y con cierta normalidad.

 

En definitiva, tal y como aprendimos hace años, la comunicación se produce siempre, controlarla o no, depende de nosotros.