Hasta hace apenas unos años, este tipo de publicidad, se centraba únicamente en los periodos preelectorales, siendo usada, esencialmente como «herramienta de destrucción» del adversario. De un tiempo a esta parte, algo ha cambiado, y lo ha hecho para quedarse, la publicidad en redes, se ha convertido en una parte fundamental de la estrategia de comunicación política, llegar a una segmentación de públicos tan detallada como lo puede hacer este tipo de acciones, no es una oportunidad que pueda dejarse pasar, en especial cuando se produce un alejamiento generalizado del interés por la política.
Hoy, las estadísticas nos dicen que Unidas Podemos, Ciudadanos y PP, se encuentran a la cabeza en la inversión de publicidad en redes. como siempre, se ha dado el primer paso, el partido asume que debe tener presencia continuada en este escaparate, ahora falta que sea capaz de generar contenido atractivo para el usuario de las redes, un reto que hasta el momento, los partidos no han sido capaces de superar.
El autoconsumo y la descalificación, son los dos grandes errores en que han caído, de manera sistemática, todas las formaciones políticas cuando deciden realizar publicidad en redes, confiemos que ahora, la profesionalidad que se ha alcanzado en el sector, sea capaz de influir sobre los decisores y el contenido comience a llegar a su público, de lo contrario, la brecha seguirá creciendo.
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